viernes, julio 31

La hermana Rosetta

No tengo hermanas, pero la hermana Rosetta Tharpe, con su guitarra y su punteo en directo, bien hubiera merecido la pena que la familia fuese ampliada. Entre los otros hermanos que seguimos a la Sister, que yo sepa, Ariel Roth y Amelie (en su magnífica televisión mágica). ¿Y tú, hermano?

¿Es chiquito un hombre esquire?


Supongo que sería un buen tema para abrir comentarios en este blog y que participéis. En el número de agosto llevamos una entrevista, no una entrevista cualquiera sino un En esto creo- el celebérrimo What I learned de Esquire USA- con Georgie Dann. Cualquier día llamamos a Chiquito de la Calzada. Acaso no presumimos de ser una "Revista para hombres interesantes".

miércoles, julio 29

Room Mate Splash


El Grace Hotel, de mi amigo Kike Sarasola es un sitio especial. Kike lo cuenta con pasión. Un pequeño hotel boutique, en el que se siente el aliento de Times Square, el primer proyecto en Manhattan de Room Hoteles. Uno se siente bien allí, el trato es cercano, y amable y lo mejor, como no, uno de los must de la ciudad, la piscina del lobby. Darse un baño, en el lobby, y pedirse una copa mientras te zambulles, y desayunar arriba y calzarse el polo y darse una vuelta por Times Square y sentarse en las sillas de plástico que Bloomberg ha decidido instalar en la plaza. Todo es muy muy Manhattan, muy muy Room Mate. Bravo Kike, muy buena idea. Gracias por el insignificante del wifi gratis. Splash.

Suerte Elmo


Me considero afortunado de poder haber hecho esta foto. Llevaba observando a Elmo en Times Square varios días, con un calor sofocante y lluvia, imperturbable ante el olor de los peanuts. Minutos antes de mi check out lo pillo “hasta los huevos del puto disfraz que le da de comer”, matando al personaje y recuperando la persona. Le pido permiso y le retrato con el Iphone. El 3gs se quedó en el taxi, suerte que en el trayecto al aeropuerto de Newark al descargue en el Macbook. Más simpático que el muñeco. Suerte en Sesame New York Street amigo.

lunes, julio 27

Si jugara al beisbol en los Yankees


Nueva York habla español. Ya no hay excusas para morder la manzana. Las tiendas de souvenirs están pobladas de hispanos que rinden homenajes a sus héroes. Como Alex Rodríguez de los Yankees, que emparejan con Kate Hudson, y lo intentaron con Madonna. Aunque a mi su camiseta (A. Rodríguez), tampoco me iría mal a la espalda. Y mola el 13, ¿a que sí?

La Razón del buen vestir


La Razón (David Moralejo) me llama para pedirme un artículo en fin de semana. El motivo, ¿visten los hombres cada vez peor en verano? Desde luego que sí. 200 palabras publicadas en su edición dominical, compartiendo tribuna con Jorge Berlanga. Ahí van.
"Que los calores son un aliciente estupendo para el buen vestir es algo de lo que estamos más que convencidos desde las páginas de la revista Esquire. Nada como la llegada de la canícula para renovar el armario con tejidos frescos, colores hueso, zapatos bien ventilados y corbatas de color. Con frecuencia se acusa al verano del mal vestir masculino, pero no se equivoquen: nada tiene que ver el estío con la ausencia de buen gusto. Relaje usted sus costumbres, pero conserve su apresto.
Desde nuestra revista animamos a los lectores a que desplieguen su personalidad dentro del anticiclón con el mejor estilismo colonial y británico. Buen ejemplo son las guayaberas- en Cuba aún puede lucirse con un buen Cohiba en cenas de gala sin enfrentarse con el temido protocolo-, que no tienen parangón con las floridas camisas hawaianas. Tampoco el lino y el algodón egipcio con la invasión de los tejidos sintéticos. Y qué decir de los sombreros, los majestuosos panamás que ahora "nos han robado" las mujeres, las mismas que los lucen últimamente por la calle con trapío.
Así pues, disfruten de las sandalias, es noche de estrellas. Porque usted y yo somos conscientes de que un gin tonic no sabe igual en vaso de plástico. Abajo las chanclas.

viernes, julio 24

Taxista en Nueva York


Es una de las profesiones más mitificadas del mundo, (Sabina la evocaba en “El Pirata cojo”). Uno de los taxistas que me ha “manejado” esta vez en Manhattan se llamaba Alberto, nicaragüense, rondando la cincuentena. Un tipo que parecía feliz, y que presumía de ser dueño de su propia licencia. “Pagué por ella hace 15 años 150.000 dólares, ahora te la vendo si quieres por 500.000, es lo que piden). El coche, un Ford, por supuesto, es también suyo. Y como le va bien, por la noche no se lo alquila a nadie. Ni tampoco cuando llegan las vacaciones. Este año en San Francisco. Se fue de Nicaragua con los sandinistas y ya es un “niuyorican”.

En el otro lado, está Mohamed, argelino, que esta mañana me movió también la ciudad. Está estudiando electrónica y conduce para vivir, “pago 150 dólares al día, el gasóleo y las pastillas de freno y lo que saque para mí”. También parece contento, hablando constantemente con su bluetooth, y preguntándome por Inditex y Cepsa. Ahí es nada. “¿Te gusta el raí”. Claro, amigo, me encanta Cheb Khaled. Suerte.

martes, julio 21

No quedan "virgenes" en Nueva York


Estupor y silencio. Confieso que hace años, -Rolling Stone ha cambiado de formato y nada pasa- he digerido ya la crisis del disco. La tengo absolutamente somatizada, he vuelto a enamorarme de los vinilos, aunque aún no he vuelto a comprarlos, como una crisis del soporte y una reconversión industrial. Pero ayer me dí de bruces con las puertas cerradas de la Virgin Megastore en Nueva York. Ya no hay discos en Times Square, ni tampoco en Union Square. Se alquila. Hace años que tampoco existe Tower Records. Quedan las tiendas, tipo Alta Fidelidad, de Blecker street. Son deliciosas, pero mi American Express echa de menos el Megastore- el de los Campos Elíseos sigue aún abierto, quién sabe por cuanto tiempo-. Comprar discos en Barnes and Nobels no es lo mismo. Bye bye love (The Everly Brothers sang).

lunes, julio 20

El día que Deluca pasó de Dean


Me refiero a Giorgio Deluca, uno de los fundadores del supermercado, elevado a templo gastronómico, el celebérrimo y tantas veces imitado Dean and Deluca del Soho.
Hace siete años, con la pasta de vender manzanas granny smith al triple de su precio que en el mercado de Chelsea, Deluca montó en el west soho, 307 Prince street, Giorgione, que hace referencia al famoso pintor italiano y también es una coña con su nombre.
Cocina agradable, muros de ladrillo pintados de blanco como manda la tradición y camareros indios vestidos, también como manda la tradición, de negro manhattan con mandil a juego. Pegas pocas (porque habría de tenerlas), solo sirven Heineken, con lo rica que está la cerveza Brooklyn del otro lado del Hudson. Así que me aprieto un pesto y me solidarizo con Hespen y Suárez que no hace mucho cerraron la tienda de Fernando VI.

Cenando sin Graydon Carter


A Graydon Carter no se le espera. El que así habla es el maitre del Waverly Inn and Garden, el restaurante de Chelsea que el canadiense Carter regenta en sus tiempos libres como editor in chief de Vanity Fair (USA).

Mi primera cena en Manhattan es en este sótano oscuro en cuyas paredes aparece dibujado algunos de los clientes del local (Dylan, Cole Porter, Warholl...), entre familias que salen juntas en domingo y gente bien de los alrededores.

La experiencia gastronómica es más bien sosa, la carta es pequeña y poco atrevida, aunque la hamburguesa Waverly cumple las expectativas, pero el local vende la patina de lo exclusivo y a eso se va. No tiene tarjetas, ni teléfono, ni correo electrónico...así que solo puedes comer allí si como yo te acercas y pillas alguna de las cuatro mesas de la terraza o dentro ahí sitio.

Lo más divertido. El posa vasos, sacado de un cartel de la campaña política para la alcaldía de Norman Mailer- frustrada tras casi asesinar, “por accidente”, dijo el juez a su mujer con un abrecartas- y la barra de bebidas en la entrada. Atención lectores, en la barra del restaurante del editor de Vanity Fair, la bienvenida la da Esky, la vieja mascota de Esquire que a menudo reutilizamos en las paginas. It´s a small world Graydon

lunes, julio 13

Empapelan a Robert Redford en Barcelona


No es la policía. Ni los mosos. Es nuestra campaña de quioscos en Barcelona. Estamos por todas las calles, para gritarle a la ciudad. Acercaros al quioscos, Robert Redford parla catalá. Es en Esquire. En Eskire, si us plau.

Y Moises abrió las aguas


El título es rimbombante. Ya lo se. Se refiere a las aguas del estrecho. Moisés Chocrón, amigo de la familia, y uno de los mejores joyeros de España, es también un anfitrión por derecho. El jueves pasado, un centenar de invitados, el ex ministro Arias Cañete, el humorista Leo Harlem, la “peluquera” Lluvia Rojo –que ya nos contó en Esquire las cosas que aún no sabemos de las mujeres-, el chef Dario Barrio, la directora de orquesta Inma Shara… y asi hasta ocupar toda la clase preferente del ferry que nos llevó a Algeciras, viajamos a Ceuta para asistir a la inauguración de la nueva joyería de la familia Chocrón. De paso, aprovechamos para celebrar el 60 aniversario (el 61 para ser más exactos) de la primera tienda que su padre, el entrañable, Carlos Chocrón, fundó en Tetuan.

En los jardines del casino, decorados por el lanzaroteño Cesar Manrique, disfrutamos de una espléndida noche africana, entre amigos y risas.Tres generaciones de la familia, Don Carlos, exultante recibió de manos de Phillipe Gillaumet, Consejero Delgado de Richmont Ibérica y Director General de Cartier y de Simoneta Gómez Acebo, recién llegada de Nigeria, un reloj de oro datado para la ocasión. Otros amigos y clientes hicieron lo mismo. Entre los invitados, lo más florido de la industria relojera, David Geraldes de IWC, -genial la portada de Robb Report verano-,Rafael Álvarez de Panerai, Javier Novo y Marcelo Levitt de la Joyería Suarez, Jean Louis Queimado de Vacheron Constantin, Eduardo Tártalo de Piaget, y Pilar Mata de Diarsa que entre sudoku y sudoku me contó la inauguración de la primera tienda de Cuervo y Sobrinos en La Habana.

sábado, julio 11

Dislexia


El bar tiene buena sombra. Buenos precios.Y buen café. Sombrillas bajo los plátanos y máquinas tragaperras. Está en Siguenza, la milenaria ciudad medieval de Guadalajara. Pero para los disléxicos ofrece problemas. Se llama Fielatio. Repito Fielatio, no Felatio. Que diría el obispo.

martes, julio 7

Tomás monumental


La primera vez que pise la Monumental de Barcelona fue el 3 de julio de 1992 para ver a Bruce Springsteen. Acababa de morir Camarón de la Isla y yo andaba enfrascado en montar su biografía, un encargo previo que Diego Manrique me dirigió. Han pasado 17 años. El pasado Domingo volví a la Plaza pero no pise el albero. La arena estaba reservada para José Tomás, frente a seis toros y un público entregado en demasía. En la puerta las protestas de los antitaurinos (espero cada año la columna de Manuel Vicent en El País) con toda la parafernalia gore de la sangre (pintura), el terror y los insultos.

En el interior, tomasistas del mundo reunidos en un jamboree para asistir, según los medios a la defensa de la fiesta en Barcelona. En barrera, Sabina y su mujer, Paco Camino que devolvió la medalla y monto la trifulca. Y en la arena Tomás, con revolcones, con lentitud y, aparentemente, sin miedo. No se nada de toros. Pero he visto a Curro Romero, a Joselito y a Paula. Y desde luego a Perera, con el que ya hemos trabajado en la revista. No vi al primer Tomás, pero en Barcelona disfrute una de las corridas de mi vida. El protagonista se llamaba José, como el de la Isla y me consta que lee Esquire porque en nuestro equipo hay buenas conexiones con Galapagar. 

José Tomás y el gallo de pelea


La foto no es mía. La mía la colgare en un rato. Esta es de la pequeña cámara digital de Mikel Urmeneta (el cerebro irreverente de Kukusumuxu, cuyo blog recomiendo en mi blog roll), el amigo y lector de Esquire, que vio la corrida de José Tomás en la Monumental en Barcelona enfrente mía, junto a mi ex compañero de batallas en El Periódico de Cataluña, Iosu de la Torre. Eramos 19.000, seis toros, una cuadrilla y los antitaurinos fuera llenandolo todo de pintura roja.
Lo de Tomás, aún lo estoy digiriendo, pero la foto cuenta uno de los momentos más divertidos de mi vida. Recuerdo haber visto tirar al ruedo, en homenaje a los tiempos de la hambruna, gallinas e  incluso conejos. La imagen no cuenta como el gallo, quizá en homenaje a Joselito El Gallo, toreó, digo bien, toreó a los monosabios, a los areneros, a la cuadrilla e incluso al mismo José que, lo intentó, pero muy digno se dio cuenta de que lo suyo eran los animales de más de 500 kilos. El cabrón del gallo dio pelea. Y nos reímos, como niños. Como antes, cuando éramos niños.

jueves, julio 2

Esquire24h: Mi camiseta favorita

Esquire24h: Mi camiseta favorita

Mi camiseta favorita


Es la misma que llevaba Mohamed Ali en esta fotografía. Acaba de llegar a la redacción y, con toda cortesía, lo agradezco porque mi despacho está presidido por la portada que el creativo publicitario George Lois hizo para Esquire (1962/1972). Lois fue autor de la campaña I love my MTV, y sin ella, Dire Straits dificilmente hubiesen compuesto Money for nothing.
Pero centrémonos, la portada de Esquire con Mohamed Alí saeteado como San Sebastian ante su martirio, es, al menos para mí,  la mejor portada de revistas de la historia. Sin photoshop ni ostias. Mejor que la fotografía de Annie Leibovitz para Rolling Stone dias antes del asesinato de John Lennon. Porque Lois tuvo que inventarse la portada y la fotografía de Annie fue surgiendo durante la sesión y además fue iniciativa del Beatle.
Arriba, además de Alí con mí, perdón, su camiseta, un flyer de nuestros colegas de Esquire Rusia convocando a una exposición de portadas.

miércoles, julio 1

Esquire en mi chino


Mi chino favorito está en un hotel. En el Palace de Madrid para más señas. Su propietario, Mr Chang, pronto saldrá en las páginas de Esquire porque es uno de los hombres más Esquire de Madrid. Pero uno tiene sus debilidades, o peor sus malos horarios alimenticios. Así que, hacía años que no lo hacía, fui a buscar “comida china” al dispensario de al lado de casa. Lo más divertido fue amenizar la espera con dos o tres ejemplares del Esquire Chino. Poco pude averiguar del procedimiento de llegada de los ejemplares, y mucho menos explicar que en España editamos la revista hace dos años, porque mi interlocutor a mi ordenado pollo con almendras decidió reconvertirlo en ternera con pimientos. De español ni papa, pero el Esquire chino lo leen en el barrio. Y eso es para chuparse los dedos.