Mi chino favorito está en un hotel. En el Palace de Madrid para más señas. Su propietario, Mr Chang, pronto saldrá en las páginas de Esquire porque es uno de los hombres más Esquire de Madrid. Pero uno tiene sus debilidades, o peor sus malos horarios alimenticios. Así que, hacía años que no lo hacía, fui a buscar “comida china” al dispensario de al lado de casa. Lo más divertido fue amenizar la espera con dos o tres ejemplares del Esquire Chino. Poco pude averiguar del procedimiento de llegada de los ejemplares, y mucho menos explicar que en España editamos la revista hace dos años, porque mi interlocutor a mi ordenado pollo con almendras decidió reconvertirlo en ternera con pimientos. De español ni papa, pero el Esquire chino lo leen en el barrio. Y eso es para chuparse los dedos.
miércoles, julio 1
Esquire en mi chino
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