Siempre es un placer chocar la mano con Carlos y Moíses Chocron, con los que en desde estas revistas tenemos una profunda amistad. La nuestra con Moíses trasciende lo profesional y por lo tanto con su padre lo es también. La otra noche disfrutamos mucho de la presentación de su colección privada, en el Palacio de Fernán Nuñez -propiedad de Renfe- y con la gastronomía de Sergi Arola como fondo. Y hubo jazz, jazz del bueno.
Un beso a los dos.
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