Se lo debía. Ricardo Fraguas, Director General de Mirto, no tardó en asistir a la conferencia que organizamos con George Lois en el IED, el maestro le firmó un Esquire, y allí mismo se cerró la cita.
Cruzo Madrid en moto a 40 grados a la sombra. La única manera de sobrevivir es parar a la sombra de los árboles. Visito el cuartel general de MIRTO, maestros camiseros y mucho más, emprendedores textiles que desde los madriles diseñan, producen y venden camisas para los hombres más elegantes del mundo. Incluyendo jefes de estado. Incluyendo nuestros jefes de estado.
Con Ricardo Fraguas hijo, Director General de Mirto, he compartido en estos años mi pasión/obsesión por Steve Jobs, vuelo en Meridiana al Pitti Uomo y algunas botellas de su vino tinto (marca Mutante). Con su padre, alma mater de la marca, comparto en el ático de su fábrica un excelente Contino. Escucho con humildad la sabiduría de Ricardo Fraguas padre, Presidente de Mirto, responsable de esta estupenda pyme que da trabajo a más de 120 personas. "Afortunadamente, lo que nunca nos ha pasado", explica Ricardo, con brillo en sus ojos de hombre hecho a si mismo, "y se lo he visto padecer a otros...ha sido que nos digan: lo siento, pero tu colección no nos gusta. Eso es el fin...te puede enterrar diez años". Estos días los Fraguas presentan su nueva colección 2011 en NY. Eso es ser valiente. Y elegante.
La ropa habla en muchas ocasiones de uno. Las camisas pueden ser tremendamente traicioneras y vengativas. No son pocas las marcas que han decidido buscar fabricar sus productos en terceros países. Nadie discute que las compañías quieran rebajar costes, pero nunca debe hacerse a costa de la calidad. Afortunadamente algunas compañías siguen apostando por la calidad y el compromiso, sin querer dar gato por liebre, siempre fieles a sus inicios y principios. Probarse una camisa resulta en ocasiones frustrante y exacerbante a la vez. Tallas que se reducen sospechosamente, costuras frágiles, débiles, decididamente inconsistentes, tejidos de inexistente calidad...
ResponderEliminarA veces hay gente que decide seguir siendo quienes siempre fueron. Porque alguien que cree en sí mismo nunca debería estar dispuesto a traicionarse. Mirto ni se traiciona ni traiciona. Mirto resiste. Mirto cree. Y los que amamos sus camisas comulgamos con esa calidad que perdura en la memoria, en el armario, en la calle.