domingo, marzo 14

La memoria de Esther Tusquets


















Paseando por la calle Alcalá, recalo en una vieja librería católica. Me sorprende verla abierta aún y entro. Los estantes ofrecen títulos carpetobetónicos, pero me llama la atención la tercera parte de las memorias de la editora Esther Tusquets "Confesiones de una vieja dama indigna", así que decido contribuir al cepillo y me gasto los 20 euros (19,50 para ser exacto) que me piden. La compra me hizo pasar una buena tarde de sábado. La Tusquet no se corta un pelo y el lector lo agradece. Se descojona del jefe de Bertelsman cuando tras la muerte de su padre la familia decidió vender Lumen al gigante alemán. De Carmen Ballcells que irrumpió en una convención de ventas con una camiseta puesta con el eslogan "Rosa Regás, que buena estás". En el anecdotario sus amores con el fotógrafo Oriol Maspons (autor de la foto que estos días todos los diarios publican con Miguel Delibes), de Joan Colom ("uno de los mejores fotógrafos de putas"), de las pataletas furiosas de Quino cuando lo acordado cambiaba, de como hicieron dinero con Mafalda, de Terenci y de Ana Maria, su hermana.
Deliciosa es la narración del "Caso Maragall" que no es otro que la truncada biografía de Pascual Maragall, admitida primero y negada después por la familia, al tiempo que RBA preparaba la biografía oficial. "Tenía, pues, razón Carlos Barral, cuando decía que en Cataluña hay 200 familias intocables" escribe Tusquets, hermana de Oscar, el conocido arquitecto.
Y de su último amor, que fue el primero, otra vez, y de sus hijos. Y de como no debió escribir estas memorias. Gracias Esther. Por Lumen y por "Confesiones de una vieja dama indigna", buscaré la primera parte "Habíamos ganado la guerra".
La foto es de Roberto Ruiz para El Diario Montañes. 

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