miércoles, agosto 18

Casa Anita no se vende

Cronicas pitiusas 1. No hay viajero balear que no se haya detenido a disfrutar de las sombra y las aceitunas en Casa Anita. "El bar lo abrimos mi marido, Bartolomé Noguera Torres, y yo en 1942, cuando nos casamos. Antes fue una tienda de ultramarinos de mis suegros y, antes, del padre de mi suegro. El establecimiento no ha cambiado demasiado, era tan grande como ahora», de este modo recuerda Ana Marí Torres, Anneta, para la posteridad, el nacimiento de un clásico en San Carlos de Peralta, en la esquina con la curva más cerrada del pueblo, frente a la iglesia. La entrevista publicada por el diario Última Hora el pasado 10 de julio es estupenda. Sobre los hippies tiene "muy buenos recuerdos, los quería mucho y tuve con ellos una relación extraordinaria, muchas personas pensaban que eran malos, pero yo sé que no era así. Eran muy simpáticos, educados y casi todos tenían carrera, pero muchos vinieron porque estalló la guerra del Vietnam. Sus padres les enviaron donde pensaron que estarían seguros y les mandaban el dinero directamente a esta dirección para que pudieran vivir, los cheques venían a mi nombre" Pero aún mejor es el titular. Casa Anita no se venderá nunca. En estos tiempos lo regenta su hijo, pero Ana está segura de que pasará a la siguiente generación que será la quinta. Estupendo, seguiremos viniendo a refugiarnos del sol. 

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