La basura de El Bulli

Aún recuerdo la reseña de el New York Times sobre A day at El Bulli. Ferrán Adriá se fue a Manhattan de promoción y el crítico gastronómico le propuso que cocinase para él en casa. Lo leí un domingo en el Times. Ferrán se fue a Chinatown y con lo que pilló le hizo la comida. Eso es lo que hace grande a un tipo. He tenido la oportunidad de visitar El Bulli en dos ocasiones, una privada y otra para entrevistarle para el Dominical de El Periódico de Cataluña (con permiso de mi amigo Pau Arenos) y le he visto comer macarrones con su gente.
Escribo este post sobre el libro Cómo funciona El Bulli. Las ideas, los métodos y la creatividad de Ferrán Adriá (Phaidon). Editado con gusto, refleja la generosidad de Ferran, con todas sus recetas (que bien podría mantener en secreto). Lo más divertido, algo que pocos cuentan. Cito. "Nadie pasa a recoger los doce cubos de basura que genera El Bulli cada día. Después del servicio cuatro personas dedican media hora para cargar la basura" (¿Hay basura en El Bulli?) "en la furgoneta y llevarla al contenedor...".